¡Alaba al Señor!
Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios.
--Salmo 103:2
Tener un corazón agradecido hacia Dios nos hace más felices. ¿Cuántas cosas ya ha hecho el Señor por nosotros? ¿Cuántas bendiciones nos ha dado? Sí, hemos pasado por momentos difíciles, pero Dios es fiel y nos protegió. Volvamos nuestros ojos y nuestra memoria hacia lo que él ya hizo en nuestras vidas. ¡Que nunca nos olvidemos de sus bendiciones!
Cuando tenemos un corazón agradecido somos más alegres y hasta nos sentimos más ligeros. La manera como lidiamos con las bendiciones que recibimos influye en la manera en que conducimos nuestras vidas. Es difícil que alguien que no reconoce las bendiciones del Señor tenga un corazón alegre. Dios es misericordioso y bendecidor, nos corresponde a nosotros reconocer su favor.
Dios ya nos entregó la mayor de sus bendiciones: la salvación en Cristo Jesús. Que jamás olvidemos su gran favor y que nuestra alma bendiga al Señor eternamente, pues él nos ama.
¡Alaba al Señor, alma mía!
Reserva un momento diario durante tu tiempo de oración para hablar con Dios y darle gracias.
Lee la Biblia y trata de aprender más sobre sus enseñanzas.
Para orar:
Señor, gracias por tu presencia en mi vida. ¡Cuántas bendiciones y cuánto cuidado has tenido! Mi alma se alegra en recordar cuánto me has bendecido. Muchas gracias, Padre. En el nombre de Jesús. Amén.
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